Una duda frecuente entre cantantes y profesionales de la voz es a quién acudir cuando se presenta un problema de salud vocal. Esto se debe al desconocimiento de las distintas especialidades y al hecho de que es complejo el engranaje del equipo médico que puede ayudar a resolver el problema. También pueden tener que ver las diferencias que hay en la estructura de formación educativa de estos profesionales que encontramos en cada región y países del mundo, así como los diferentes nombres que tienen dependiendo del lugar donde ejercen. Si a esto le añadimos que cada profesional de la salud puede acceder a distintos tipos de postgrados en el área y especializarse según su formación y experiencia en ramas concretas, entonces tenemos por ejemplo otorrinolaringólogos especialistas en laringe, foniatras dedicados a patologías del habla, fonoaudiólogos expertos en canto, logopedas especializados en desarrollo del lenguaje infantil, y pare usted de contar. Visto esto, quienes nos dedicamos a la voz como profesión podemos confundirnos bastante a la hora de decidir qué tipo de atención médica necesitamos frente a las alarmas de un problema de salud con nuestra voz.
La primera consideración que hay que tener en cuenta es el hecho de que puede suceder que no tengamos conciencia de que estemos frente a un problema con nuestro sistema de fonación. Por eso es importante, sobre todo para las personas menos experimentadas o en proceso de formación, el constante monitoreo del profesor de canto, o técnica vocal, quien puede ayudarnos a detectar un inconveniente de salud y remitir al profesional correspondiente. Por lo regular, un buen profesor de canto está en contacto directo con un equipo médico al que puede remitir a sus estudiantes, tanto para el control periódico, como para los casos en los que hay que resolver algún tema médico.
En segundo término, hay que tener claro que cuando existe un problema de salud, siempre requiere un diagnóstico certero. Hay especialistas que se dedican a diagnosticar y planificar tratamientos, así como a resolver problemas quirúrgicos. Por otra parte están los que se encargan de hacer seguimiento a los casos y realizar tratamientos terapéuticos. No todos los médicos o trabajadores de la salud vocal hacen lo mismo. De hecho, no todos son médicos, ni los médicos hacen todo.
Si lo primero es el diagnóstico, la recomendación ideal para entrar a trabajar con el equipo médico es el otorrinolaringólogo. Este tiene todas las competencias necesarias para realizar cualquier procedimiento, sea invasivo o no, que nos brinde el diagnóstico más certero y adecuado, así como para recetar medicamentos o remitir a otros profesionales que puedan llevar a cabo procedimientos terapéuticos.
La otorrinolaringología (ORL), cuyo nombre oficial en algunos países es «otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello», es la especialidad médico-quirúrgica que se encarga del estudio de las enfermedades del oído, tanto auditivas como del equilibrio, de las vías respiratorias superiores y parte de las inferiores (nariz, senos paranasales, faringe y laringe), también se encarga de la cirugía relacionada con la glándula tiroides. La cirugía traumatológica, oncológica, plástica, estética y reparadora de la cara y el cuello también se incluyen en el ámbito de esta especialidad médico-quirúrgica. Sin embargo, la patología quirúrgica de los dientes, encías, lengua, mandíbula y maxilar corresponde tanto al odontólogo como al cirujano maxilofacial, si bien en algunas ocasiones sus competencias específicas se superponen.
Los ORL están aptos para iniciar su actividad después de completar un mínimo de entre 7 y 10 años de universidad y formación de post-grado, dependiendo del país donde se formen. Además, algunos ORL hacen una subespecialización o estadías de perfeccionamiento para una formación más intensiva en una de las 8 áreas de subespecialidades. Estas áreas son: ORL pediátrica, otología/neurotología (oídos, equilibrio, y tinnitus), alergia, cirugía plástica y reconstructiva facial, cabeza y cuello, laringología y rinología.
Ahora bien, ¿qué hace un foniatra y en qué se diferencia de un otorrinolaringólogo?
La foniatría es la rama de la medicina que trata el estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades relacionadas con la comunicación humana, por tanto le interesan las afectaciones del lenguaje (lengua, habla y voz), la audición, y la deglución. Además, es una rama que se encarga de abordar los problemas del aprendizaje y su desarrollo desde la perspectiva médica.
El foniatra es el médico especialista con estudios de postgrado que atiende los problemas de salud de la comunicación interpersonal, combinando la medicina basada en la evidencia y la medicina centrada en el paciente. Como todo médico, usa los conocimientos científicos disponibles para ejecutar procedimientos de diagnóstico e intervención de cualquier naturaleza y variedad, en procura del máximo beneficio y evitando cualquier tipo de daño a la integridad humana.
El tema con esta especialidad es que hace tiempo que ha sido abolida en la mayor parte de las escuelas de medicina del mundo. Ya que en la medicina se tiende a la especialización, se ha dejado el estudio, diagnóstico, tratamiento quirúrgico y acompañamiento médico a la otorrinolaringología y el área terapéutica a la fonoaudiología. Los foniatras por lo general no tienen competencias quirúrgicas y están a medio camino entre el diagnóstico y la terapia de voz. En la actualidad, no se considera una especialidad médica, salvo en lugares muy puntuales en el mundo.
La fonoaudiología es aquella disciplina que se ocupa de evaluar, diagnosticar e intervenir en los trastornos de la comunicación humana, expresados a través de diferentes patologías como puede ser alteración en la voz, en el habla, lenguaje, en la audición y en cualquier otra función que implique tanto al habla como al oído, de adultos o de niños.
Tiene distintas denominaciones según la región o país donde se ejerce: “Speech and Language Therapy”, “Speech and Language Pathology” (Estados Unidos, Australia o Canadá), “Terapêutica da Fala” (Portugal), “Fonoaudiología o vocología” (Latinoamérica), “Logopädie” (Alemania), “Orthofonie” (En Francia y Luxemburgo), “Logopedia” (España), etc.
Es una carrera sanitaria de 4 o cinco años según el lugar de formación, es decir, los egresados se consideran personal de salud, pero no son médicos. Se ocupan del acompañamiento terapéutico y de la rehabilitación de las patologías vocales.
La fonoaudiología clínica es la práctica basada en la experiencia real, de observar y tratar a pacientes que presenten trastornos en el lenguaje, voz, audición, entre otras patologías que requieren del accionar fonoaudiológico. Dichos trastornos impiden o perturban el desarrollo del individuo para las relaciones interpersonales, para la comunicación, el aprendizaje, actividades laborales, etc., en cualquier etapa de la vida.
La forma de entrar a trabajar en la solución de un problema de salud vocal no tiene que ser rígida. Lo más importante es que la persona sea consciente de la vulnerabilidad de este sistema biomecánico que produce la voz y asuma una actitud responsable y diligente frente a cualquier anomalía que pueda notar o que suceda durante el entrenamiento o el desempeño profesional, observada tanto por sí mismo como por su entorno. El equipo conformado por el profesor de canto o entrenador vocal, el médico ORL y el fonoaudiólogo, coordinados y bien informados del caso, será clave para la pronta solución de cualquier situación anómala en la voz de un profesional de este rubro. Mi recomendación es construir ese equipo con especialistas de confianza, si conocen y tienen experiencia en tu disciplina, mejor. Es importante tener el equipo a la mano e informar con diligencia de cualquier situación para mantener el caso lo más actualizado posible y libre de cualquier problema crónico. No importa cuál de ellos es tu conexión más inmediata, suele ser el profesor de canto porque trabaja regularmente contigo, pero cualquiera de los especialistas que contactes tiene el deber ético de remitirte al más indicado para abordar el problema de manera rápida y certera.