COMPONENTES MOVILES DEL SISTEMA ESTOMATOGNÁTICO QUE INCIDEN EN LA RESONANCIA VOCAL

 Debido a la conformación y movilidad de su boca, el ser humano puede transformar los sonidos en palabras y en canto articulado. De ahí la importancia de conocer el mecanismo de este organismo resonador-articulador y su correcto uso para lograr los objetivos propuestos en la materia del canto.

Por medio de un hábil empleo de los órganos de la fono-articulación, principales transformadores del sonido, se logra también modificar el color y la sonoridad de la voz. En el proceso de resonancia y articulación es vital la soltura en el uso de los elementos que se encuentran en la boca, los cuales tienen la vital tarea de recibir el sonido proveniente de la laringe, llevarlo a los resonadores (donde tomará su color y amplitud) y proporcionarle la valiosa asistencia de una buena articulación.

Cuando pensamos en el correcto desempeño del instrumento de fonación para el canto, nuestro foco de atención debe centrarse en cinco puntos funda-mentales: la mandíbula o maxilar inferior, la lengua, el velo del paladar, los labios y la expresión facial.

1.- MANDÍBULA O MAXILAR INFERIOR

Debe estar relajada y libre de toda contracción, pudiendo ascender y descender con soltura, para permitir una articulación eficiente. Esta debe “caer” para provocar la apertura adecuada de la boca, según la exigencia de la frase y de las notas de la misma. La tensión o la insuficiente apertura son los errores más comunes en este respecto.

2.- LENGUA

Es uno de los aspectos más importantes a considerar con relación a la técnica vocal. Puede ser nuestro mejor aliado o nuestro peor enemigo. Es un órgano musculoso y móvil, ubicado en la cavidad bucal que ayuda a la masticación y deglución de los alimentos y a la articulación de las palabras. Sus músculos están unidos con el aparato de fonación y su forma es en “V”; uno de sus extremos es delgado y libre, el otro es una gruesa masa de carne. Su incorrecta colocación obstruirá la salida del sonido que viene de la laringe y la resonancia se verá afectada considerablemente. Por esa razón es tan importante conocer y practicar su postura: blanda y pasiva en los tonos mantenidos, firme y vivaz para la articulación, debe volver siempre a su lugar habitual.

La lengua debe estar relajada sobre el suelo de la boca y levemente apoyada en la parte posterior de los incisivos inferiores. La rigidez de la lengua y su mala postura es causa de infinidad de problemas en el canto, pero es importante tener en cuenta que no debe exagerarse la preocupación por mantener la lengua en su lugar (lo cual es natural en el habla), puesto que esto podría empeorar el problema. Es mejor revisar la postura, pensar en relajarla y observar su posición cuando se habla cotidianamente, para imitar esto en el canto.

3.- VELO DEL PALADAR

Tiene una misión muy importante en el proceso de producción de la voz artística: al elevarse obtura las fosas nasales, libera la faringe y asegura un sonido puro y redondo, opuesto al sonido chato, áspero o estridente de algunas voces que desconocen por completo la intervención de este elemento en la técnica de emisión de la voz.

Para lograr este objetivo es recomendable pensar en un bostezo e imitar la posición de la boca, pero sin dejar que la lengua se retraiga. Si se mira el fondo de la cavidad oral en esta posición, nos daremos cuenta de que se puede observar el área de la oro-faringe.

4.- LABIOS

Deben tener toda la soltura y la firmeza requeridas por la pronunciación y deben lograr las formas exigidas por la articulación. Al igual que en el caso de la lengua, no es recomendable exagerar la preocupación en este punto, si la pronunciación es correcta, la posición de los labios también lo es; lo mejor es imitar el habla cotidiana. Los problemas en este sentido suceden cuando hay muecas o los músculos faciales intervienen, por automatismos que creemos útiles para lograr ciertas notas o frases que se nos dificultan, esto también es un mito.

5.- EXPRESIÓN FACIAL

Las contracciones exageradas y las tensiones involuntarias en la musculatura facial afectarán negativamente la producción sonora, lejos de ayudar a conseguir los objetivos que buscamos. Mientras más relajados estén los músculos de la cara y nuestra expresión facial sea más suelta y natural, las frases se corresponderán en mayor proporción con el sentimiento que se desea interpretar. Durante el entrenamiento conviene no activar tensiones faciales. Durante la interpretación de las piezas, el rostro debe ser congruente con lo que se desea expresar, es decir, con la intencionalidad de la pieza.

Si se tienen en cuenta todos estos elementos a la hora de cantar, se internalizan y se practican, el resultado será una voz con buen timbre y de gran amplitud y coloratura. Por el contrario si uno de estos elementos falla es difícil que la voz que oigamos nos agrade.